miércoles, 1 de junio de 2011

EL JAZZ: AYER, HOY, MAÑANA

Louis Armstrong, figura mítica del jazz y de la improvisación, sigue vivo a su manera. Este estilo de más de un siglo de historia continúa englobando adeptos entre los más jóvenes y parece que esta música alternativa no caerá tan fácilmente como pudiera parecer.
Nueva Orleáns, ciudad-cuna que meció esta mezcla musical, sigue siendo el icono del jazz a escala mundial. Allí nació Louis Armstrong, en el seno de una familia muy pobre. La miseria se acrecentó con la marcha de su padre y bajo el cuidado de su abuela y, a tiempo parcial, de su madre. Su interés por la música nació de su estancia en un reformatorio para niños abandonados donde tras su buena conducta y los consejos del director, se decidió por la trompeta. En 1914 y con 14 años sale del reformatorio y tocando en cabarets conoce a otra de las grandes figuras del jazz de la historia: King Oliver.
El despertar de su música concurrió junto a los Hot Five, el que siempre fue su grupo a pesar de que tocara en diversas orquestas de amigos del jazz por todo el mundo.
En 1971 murió pero dejó un legado que sigue conservándose.
Una parte de ese legado jazzístico que dejó fue su participación en las Big Bands, y su apoyo para que este estilo y formación llegaran a lo más alto de la música culta y popular entre 1935 y 1950.
Las Big Bands fueron las agrupaciones de jazz más recurridas una vez asentado el estilo. Constaban de entre diez y treinta músicos organizados en torno al Viento Madera, Viento Metal y Ritmo (donde se incluían los bajos, piano y percusión). Este tipo de bandas, las cuales tuvieron su auge antes, durante y después de la segunda guerra mundial, llegaron a interpretar temas de jazz y mezcla de la música culta del momento: los Schoenberg, Strawinsky, Webern y demás convivieron e incluso fueron partícipes de esta música.

Y aunque parezca difícil hoy en día entre los más jóvenes vuelve a sonar el estilo de Louis Amstrong, el jazz con todas sus letras: jota, a, ceta, ceta. Y en Valladolid podemos encontrar algún ejemplo de ello.
Han pasado ya casi cuatro años desde la creación de ‘WoodBrass’, una joven banda de jazz formada por músicos que tienen el grado medio o lo están cursando para acabarlo próximamente. La agrupación, creada para el premio Jóvenes Intérpretes de Viento y Percusión de la Diputación deValladolid, concurso en el que acabó tercera, se basa en el estilo de las Big Band de mediados del siglo XX, abarcando el blues, jazz, latin jazz, versiones, etc.
“Intentaremos que esto sea algo más que un hobby” dice Mateo, saxofonista en el grupo. De momento aguantan, que no es poco, en unos años en los que entrar en el mundo de la música es uno de los planes de vida más difíciles de cumplir.
“Es difícil quedar para ensayar porque vivimos en diferentes sitios”. Y con toda la razón: aunque se conocen de ir al Conservatorio Profesional de Música de Valladolid, sus residencias se sitúan en distintos puntos de la geografía provincial vallisoletana: Medina, Valladolid, Peñafiel, etc. Además Dani, percusionista, y Sergio, saxofonista, estudian en Salamanca, el Grado Superior de Música.
Cuando le preguntamos a Mateo por sus influencias y grupos favoritos apenas lo duda un instante: ‘YoungBlood Brass Band, y mi tema favorito Brooklin, del mismo grupo’. Se refiere a la agrupación norteamericana actual más conocida entre las Big Bands.


Todavía están atando actuaciones pero esperemos poder ver a estos chicos en el próximo verano. Su escasa promoción en internet va aumentando lentamente para conseguir triunfar en el mundo más difícil de conquistar: la música alternativa con su grupo 'Wood Brass'
Alejandro Andrés Pedrero

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